Lo que Pueden Ser 3 Puntos de Ping-Pong:


 

Aún a lo lejos, un haz de luz podía vislumbrarse en el horizonte, celeste o azul, el haz se iba acercando a una velocidad de vértigo.  Seguro de sí mismo, avanzaba sin descanso a través de todo tipo de obstáculos. Sin necesidad de ningún vehículo especial, mantenía su velocidad mucho más alta que cualquiera de ellos. No había nada más rápido que él, nada, en todo el mundo de los videojuegos, era Sonic el Erizo.

Él era el más rápido de todos, o al menos lo había sido durante más de una década. No le importaba si tenía que correr durante más de un día o incluso una semana para averiguarlo. Pero rumores, murmullos, tal vez simples cuchicheos habían llegado hasta el mundo de los videojuegos. Una puerta había sido abierta desde el mundo real. Poco a poco nuevos inquilinos fueron instalándose en el lugar. Nuevas risas, disputas, o bromas ya formaban parte de ese mundo. Tan sólo era un rincón, un Rincón Consolero, los inquilinos le llamaban Rinconsolero, ellos decían que para abreviar, o para que quedara mejor… colgaron un gran cartel con las iniciales RC y decidieron vivir allí. De eso ya hacía más de un año, pero a nadie parecía haberle importado. Al principio sólo eran 6, pero poco a poco llegaron más, y más… . Y fue entonces cuando los rumores empezaron a extenderse: se decía que uno de esos nuevos vecinos era incluso capaz de superar al mismísimo Sonic en velocidad. Era llamado por sus amigos JRSonic, o J.R a secas. Hacia allí se dirigía el erizo azul, hacia J.R, hacia Rinconsolero, hacia el escape con la monotonía de tener que combatir con Eggman, “¡por fin algo distinto!” se repetía a si mismo. Tal vez allí encontrara lo que había buscado durante todos esos años… un rival digno, y que no fuera un erizo, por su mente sólo rondaban victorias contra “chulitos” como Shadow o Metal Sonic… “Bah, minucias”, y sonriendo dio un suspiro. Después aceleró repentinamente dando paso a una gran explosión, había roto la barrera del sonido “J.R, estoy ansioso por conocerte…”     

 

-¡Pitalink! ¿Has visto a Pitalink, 7001?- Mientras tanto, en Rinconsolero, J.R ni se imaginaba lo que venía de camino, tras un largo viaje desde Mobius a más de 340 metros por segundo.

-Ni idea, debe estar con su espada maestra haciendo el menda por ahí.- 7001 estaba demasiado ocupado sacando brillo a su nueva arma. Agachado, mirando hacía abajo, sólo le señaló con el dedo hacía una de las habitaciones de entrenamiento con las que contaba el RC Team. -¿has visto? He recibido una Socom clavadita a la de Snake.- y entonces levantó la vista para enseñársela, pero J.R ya no estaba allí. Tenía que contarle a Pitalink algo muy importante.

En Rinconsolero la vida, salvo en contadas ocasiones, era tranquila y sin demasiados contratiempos, todos los días recibían cientos de visitas, todas procedentes del mundo real. Eso estaba a punto de cambiar, el suceso que iban a presenciar convertiría la estancia en Rinconsolero en algo más que un simple lugar donde pasar el rato.

J.R se disponía a entrar a la sala de entrenamiento en la que solía estar Pitalink, abrió la puerta y dio dos pasos al frente, observando el lugar: por toda la habitación no había más que cuadros y fotografías de Zelda, la habitación en cuestión estaba pintada de verde, y un sombrero idéntico al de Link permanecía colgado de una única percha situada al fondo. Además de eso, la habitación contaba con artilugios de entrenamiento para Pitalink, ordenados por tamaños: con espadas para todos los gustos, muestras de sables hasta cuchillos. En el techo podía leerse:

Una nueva leyenda se acerca, blandir la Espada Maestra es más que una responsabilidad”.

Pero allí no parecía haber nadie, además de las espadas, allí no había nada. J.R se dio la vuelta decepcionado y decidió proseguir su búsqueda en otro sitio. Estaba a punto de salir cuando algo calló desde el techo, en seguida se percató de que no era algo, sino alguien, un ser de apariencia delgada y alta le miraba taponando la salida. No decía nada, sólo avanzaba hacía J.R. La penumbra impedía distinguir de quién se trataba, era un tipo alto, con aspecto humano, seguía avanzando, hasta que traspasó un rayo de luz. Entonces J.R salió de dudas, se trataba de un Hombre-Palo. Desde que habían llegado a Rinconsolero no habían dejado de ver hombres-palo por todas partes, tantos que incluso Iván (Sinh el Cid) se había dedicado a su investigación... De naturaleza agresiva, el Hombre-Palo no tardó en lanzarse a por J.R, quien rápidamente esquivó una patada agachándose y rodando por el suelo. El Hombre-Palo giró en el aire para caer en el lugar exacto donde se encontraba J.R, pero este fue más rápido y salió corriendo a toda velocidad. Contra la pared,  J.R se impulsó para llegar hasta el Hombre-Palo y embestirlo en el aire mientras este intentaba hacer una voltereta de evasión. El Hombre-Palo cayó abatido al suelo e hizo ademán de levantarse… pero el golpe de J.R había sido demasiado fuerte y definitivamente se derrumbó delante suya.

-¡Vaya, era mi último modelo de Hombre-Palo perfeccionado! ¡Lo mejor de lo mejor!- dijo Iván, que había aparecido tras la puerta. –¿Por qué le has hecho eso? Ven aquí Meiky, ¿estás bien? – Iván se acercó al Hombre-Palo, que aún permanecía inerte en el suelo.

-Meiky… jaja, ¿le has puesto nombre? Es un simple Hombre-Palo (o un Hombre-Palo simple, también se puede decir así…) – Dijo J.R que no podía parar de reir.

-¿Qué? ¿Qué tiene de malo el nombre de Meiky?- mientras tanto el Hombre-Palo empezaba a reaccionar, moviendo la cabeza hacia los lados, aunque aún le giraban los ojos, a modo de loop de espiral.

-Vamos, ¡Tierra llamando a Iván! ¿estás ahí?, ¡me quería pegar una paliza!.

-Claro, ahora tú eres la víctima, pobre Meiky… - Meiky empezaba a incorporarse y señalaba a J.R, al mismo tiempo miraba a Iván. Daba la sensación de que estuviera diciendo “ese ha sido papi, ese chico malo de ahí”- ¿Has visto J.R? es sólo un niño…

-Sí claro, es “sólo” un niño que sabe más de 100 tipos de artes marciales y que lo único que pretende es matarme...

El Hombre-Palo empezó a asentir con la cabeza, todavía mirando a Iván como diciendo “eso eso” pero luego se dio cuenta de su error y se abrazó a él como si en verdad fuera su padre. Ambos salieron por la puerta de la sala de entrenamientos de Pitalink. Antes de marcharse, el Hombre-Palo se volvió hacia J.R y le guiñó un ojo mientras reía por lo bajo… .                  

-Este Iván… -dijo J.R chasqueando la lengua.

Salió de la habitación y la cerró con llave para que no se volvieran a colar más hombres-palo. En ese momento, justo cuando la estaba cerrando, notó cómo una espada le zumbaba en la oreja. Había pasado a toda velocidad sin haberlo rozado, ¿tal vez por error? ¿o todo lo contrario? J.R sabía que Pitalink lo hubiera atravesado de haber querido hacerlo. Antes de darse la vuelta pudo ver el filo de la espada, donde ponía con letras perfectamente visibles “Lámina de Eslomar” no cabía la menor duda de quien se trataba, las vagas ilusiones de J.R, definitivamente se desvanecieron al comprobar que efectivamente, no se trataba de Pitalink, sino de:

-Jim, ¡Hola! ¿qué tal?- dijo J.R indiferente.

-Hola J.R “¿Quieres ser mi amigo?”- dijo JimCloud imitando a Mateo -¿Cómo te va? ¿algo que contar? - Ambos se alejaron de allí mientras hablaban. Por unas razones u otras, J.R llevaba más de un mes sin ver a Jim, incluso viviendo en el mismo Rincón Consolero… fueron paseando. 

-Nada, lo de siempre, es un día tan normal como otro cualquiera: 7001 con sus armas, Iván con sus amigos los Hombres-Palo… y Pitalink, que no aparece… vamos, lo de siempre…

-Ya ya… ¿y tú qué tal?, ¿también con lo de siempre? ¿Qué tal las mejoras de……

Pero no pudo terminar la pregunta, ya que una persona de traje verde llegaba refugiado en un escudo azul:

-J.R, ¿Quién ha cerrado la puerta de mi sala de entrenamientos? ¡He tenido que usar una bomba para poder salir!- No era otro que Pitalink, acompañado de medio kilo de ceniza, procedente de la puerta (que en paz descanse).

-Pero, ¡Por fin! un momento, si yo acabo de salir de allí… – JRSonic quedó pensativo durante un instante.

-Pues estaba allí, practicando mis artes de camuflaje, ¿a que soy bueno? Y también he visto cómo has dejado hecha un desastre mi habitación – Pitalink cogió aire – la próxima vez que quieras luchar contra un Hombre-Palo, lo haces en tu sala de ordenadores…

-Valla día tenemos hoy… ¿y a esto le llamas tú un día normalito? – suspiró JimCloud – bueno, os dejo, que veo que andáis muy ocupados je je… - y disimuladamente se fue marchando poco a poco, como quien no quiere la cosa.

-¡Alto ahí Jim! – dijo Swrinky desde lejos corriendo hacia ellos – he recibido un e-mail muy extraño, está en inglés, y es de Microsoft… dice que tenemos que enviar la contraseña de Hotmail, yo ya lo he hecho…  

-Claro Sergio (Swrinky), - dijo 7001, que acababa de llegar - lo siento, pero no pica, precisamente estaba revisando el correo cuando recibí tu e-mail. Admito que te has currao el mensaje en inglés, si no fuera porque en “remitente” pone “swrinky@rinconsolero.com” hasta me lo habría creído, ¿pero se puede saber para qué quieres nuestras cuentas?

-Hombre, está claro ¿no?- murmuró Sergio, riendo por lo bajo.

-Pues lo siento, nadie es tan simple como para caer en tus trampas… - Añadió 7001.

En ese momento apareció Iván, junto a su amigo el Hombre-Palo Meiky:

-He recibido un mensaje rarísimo de Microsoft que dice que si no le envío el nombre de mi cuenta de Hotmail y mi contraseña, me borrará el registro. Menos mal que he contestado… uf – y se pasó una mano por la frente.- Vosotros también lo habéis recibido ¿no?

-Bueno Sergio – repuso 7001- hay excepciones… pero no te confíes. - Swrinky asintió con la cabeza, y mostró falso arrepentimiento, luego siguió riendo. -Pero ¿qué es lo que te hace tanta gracia?

-¿Recuerdas la canción que descargaste el otro día?

-Sí claro… la canción, ¿QUÉ PASA? Un momento, cómo sabes tú eso… ¡¡¡VEN AQUÍIIII!!! – Y se puso a perseguirlo, mientras Sergio corría en círculos.

-Ja ja ja ja ja…

-No hay quien los entienda…- Dijo JimCloud llevándose una mano a la cabeza, mientras la agachaba y miraba al suelo a modo de “yo a estos no los conozco”.

Sí, parecía un día de lo más normal en Rinconsolero, un día de los denominados “Lo mismo que ayer, e igual que mañana”. Pero… una ráfaga de aire los empujó de tal forma que Swrinky salió volando algunos metros de distancia, y el Hombre-Palo, bueno… mejor del Hombre-Palo no hablar… suponemos que ahora mismo debe andar por Rusia. El viento huracanado había sido provocado por un único individuo azul, un único erizo supersónico:

-Hola, ¿qué tal? – Dijo Sonic con su particular sonrisa. – vengo buscando un poco de acción jeje. ¿Alguno de vosotros es… JRSonic?.

Los cinco miembros restantes se apartaron y señalaron a J.R, que quedó en el centro.

-Muy bien chicos… por si existía la menor posibilidad de que no me reconocieran – Dijo J.R mirándolos a todos. ­– Hola Sonic, nosotros muy bien, ¿y tú que tal? ¿Qué te trae por aquí?, yo soy J.R.

-Bueno verás, esto es muy sencillo J.R, además lo solucionaremos deprisa…, jeje, te reto a una carrera… - Dijo Sonic acentuando aún más su sonrisa de medio lado.

Aquello les dejó anonadados, el mismísimo Sonic el Erizo había llegado a Rinconsolero sólo para retar a su Webmaster. No podía ser, todos conocían a J.R y sabían de su rapidez, pero nunca habrían pensado en compararla con la de Sonic… .

J.R quedó algunos instantes sin palabras, por una parte era el sueño de su vida… por otra… no había otra, él siempre había querido ser como Sonic, ahora era el momento. Era la hora de que conocieran al verdadero J.R.

Con tono decidido, (aunque nervioso por dentro), JRSonic dio un paso al frente, y poniéndose delante de Sonic se subió las gafas con un dedo, antes de decir:

-Sonic, te voy a hacer correr.

Ante la estupefacción de los miembros principales del RC Team, Sonic dio una pequeña risotada y puso la misma expresión confiada que en estos mismos instantes portaba J.R, para decir:

-Los Webmasters primero. – y 7001 dio el pistoletazo de salida.

La carrera había comenzado: J.R contra Sonic, no se habían ni tan siquiera fijado una meta, simplemente era una carrera de rivalidad. El ritmo empezó bajo, tanto que Swrinky llegó a alcanzarles corriendo, era como si se estuvieran midiendo… pronto lo dejaron atrás, al igual que dejaban atrás al RC Team y a Rinconsolero, ya a lo lejos apenas se distinguía el cartel de RC.
Sonic giró su cadera  y comenzó a correr hacia atrás mirándole de frente: 

-Me habían dicho que eras rápido… supongo que los rumores alteran los sucesos… jaja-dijo levantando una ceja- Qué bonito día hace hoy para pasear ¿verdad? Pero a mí me apetece correr… - Y siguió acelerando hacia atrás mientras se alejaba.

En ningún momento J.R había perdido su sonrisa, sabía perfectamente a quién se enfrentaba, pero Sonic no, eso era una ventaja, él no tenía ni idea de quién era su rival…  Aún corría con los puños cerrados, Sonic ya apenas se veía, daba por hecho la victoria, eso estaba bien… .

Era el momento, J.R aceleró lo suficiente como para alcanzarle, e incluso sobrepasarle. Aquello sorprendió al erizo, tanto que incluso tuvo que dar otro giro de cadera para correr de frente y alcanzarle, la velocidad empezaba a zumbar en los oídos de ambos.

-No debiste subestimarme… – Dijo J.R mirándolo de reojo, él siempre había sido fan de Sonic y para él era uno de sus ídolos, pero en ese momento no, en ese momento era un rival a batir, un rival difícil, pero un rival. La admiración podía reservársela para luego.

-No te preocupes J.R, no volveré a subestimarte… jeje, aumentemos el ritmo, esto me aburre… - Y Sonic empezó a acelerar aún más.

-Muy bien…- dijo J.R, que seguía su marcha, hasta que transcurrido un tiempo decidió tomar la iniciativa. – sígueme tú ahora.

J.R comenzó a acelerar de forma verdaderamente peligrosa, abrió sus puños, hasta entonces cerrados y bajó la cabeza, era la hora de correr. Poco a poco fue alejándose de Sonic, lo estaba dejando atrás, el aire zumbaba fuertemente y chocaba contra sus gafas, que en esos momentos actuaban de aislantes. Si no fuera por ellas estaría llorando como una magdalena.

La alegría momentánea no duró mucho, Sonic ya estaba allí: tenía los brazos hacía atrás y ni tan siquiera miró a J.R, estaba empezando a tomarse la carrera en serio… .

J.R miró hacia el frente, en el horizonte se distinguía un gigantesco lago. Se acercaban cada vez más, debía estar muy lejos, a más de 20 Km, pero no tardarían en llegar… ¿Qué hacer? J.R miró a Sonic, y este, por primera vez, sin su sonrisa de medio lado, lo miró a él. Si paraban uno de los dos perdería la carrera, la otra opción… bueno, la otra opción era acelerar… Retiraron sus miradas, ambos ya sabían lo que iban a hacer, ¡Correr!

Aceleraron más, y más, J.R no lograba recordar ningún momento de su vida en el que hubiera corrido a tanta velocidad, aunque la verdad, nunca había pensado en llegar al límite. Notaba algo extraño en sus piernas, le pedían más y más… y lo extraño es que podía dárselo, siguió acelerando. Empezó a temblar, no lo entendía… ¿qué pasaba? Miró hacia Sonic, pero al parecer este ya se lo esperaba… Entonces se percató:

¡¡¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOM!!!!! Estaban por encima de la barrera del sonido, y el agua parecía sólida a sus pies.

J.R en ese momento no sabía muy bien lo que ocurría, en ningún instante llegó a pensar que alcanzaría esa velocidad e incluso que llegara a correr sobre el agua… Aquello empezaba a asustarle, pero al mismo tiempo le gustaba, le atraía, se le venían a la mente recuerdos aparentemente olvidados de su niñez, en los que su padre le habló de su habilidad especial, que era hereditaria. Ese día no le creyó, por juzgarlo de infantil, o por fantasioso y por ello no pensó en comprobarlo. Pero ahora sí, ahora sí lo veía, y al verlo, lo creía. Estaba corriendo a la máxima velocidad, junto con Sonic, y ninguno de los dos parecía poder acelerar más. Cómo por telepatía, decidieron frenar poco a poco, ya habían pasado el lago y no corrían el riesgo de hundirse.

-Bueno J.R, encantado de conocerte… - dijo Sonic estrechándole la mano, de nuevo con su sonrisa. Ya se habían detenido por completo- esta carrera no ha terminado… volveremos a vernos… en Rinconsolero, je je. Ya verás cuando se lo cuente a Knuckles… . Bueno, bye.

Y Sonic pretendió desaparecer en un haz de luz, antes de que J.R lo alcanzara a pocos metros de distancia:

-Sonic, ¡espera!, …eh esto… ¿me … puedes firmar un autógrafo?

Y así terminó el gran día: J.R descubrió su nueva habilidad y volvió de nuevo a RC para contarles a todos su empate y su duelo aplazado con Sonic el Erizo. A partir de entonces recibieron muchas otras visitas… no sólo por parte de Sonic, sino de muchos otros célebres personajes de videojuegos, a cual más carismático… . Pero eso es otra historia, a decir verdad son muchas otras historias… todas ellas serán narradas, sí, pero a su debido  momento, ¿en dónde? Está claro, en el RC Team de Rinconsolero.

FIN

 


Por JRSonic         

Volver Al RC Team de Rinconsolero.

 

El presente relato "Lo que cambió a Rinconsolero" por JRSonic, pertenece íntegramente a Rinconsolero.com, por ello, la exposición de dicho relato o cualquier fragmento del mismo en otra web sin el consentimiento de su autor o del Webmaster, será considerado plagio, en cuyo caso se estará incumpliendo la ley de propiedad privada.
El autor sólo permite la exposición de este artículo en otra web siempre y cuando se añada que pertenece a Rinconsolero.com creando un enlace a la web, y sin modificar nada.